Mi relación con las finanzas no comenzó en una universidad prestigiosa. Empezó en la cocina de mi casa familiar en Murcia, viendo a mis padres dividir los billetes en sobres diferentes cada mes. "Este para la hipoteca, este para la comida, y si sobra algo, para vacaciones."

Esa imagen me marcó profundamente. Años después, cuando trabajaba como analista financiero en Madrid, me di cuenta de que muchas familias seguían luchando con las mismas incertidumbres que vi en casa. En 2018, decidí que era momento de crear algo diferente: una consultoría que hablara el idioma de las personas reales, no solo de los inversores.

Hoy, cada plan financiero que desarrollamos lleva esa filosofía de simplicidad y honestidad que aprendí en esa cocina.

Mi primera inversión fue un desastre absoluto. Tenía 24 años, acababa de empezar a trabajar, y perdí casi todos mis ahorros siguiendo consejos de internet sobre acciones "que no podían fallar". Fue devastador, pero también revelador.

Esa experiencia me enseñó que las inversiones no son sobre fórmulas mágicas o tendencias del momento. Se trata de entender tus miedos, tus metas, y construir un camino que puedas seguir sin perder el sueño por las noches.

Desde que me uní a cirevanthilo en 2020, he ayudado a más de 200 familias a crear estrategias de inversión que realmente funcionan para sus vidas. Y siempre empiezo contándoles mi historia, porque creo que la honestidad es el mejor punto de partida para cualquier plan financiero.